lunes, 8 de diciembre de 2014



         



PARQUE DE MÁLAGA

(a Baltasar Ramos Maldonado, mi amigo Balti)

           Cuando tenía entre diez y doce años, solía ir cada domingo con mi amigo Balti a pasear por Gibralfaro, por el puerto, o por el parque.
Piñas secas, cangrejos mutilados y rosas ajadas representaban, las más de las veces, el fruto de aquellos paseos por entre los pinares de la vieja fortaleza, los muelles del tranquilo puerto, o el abierto jardín con cientos de especies vegetales que, en los días de estío, nos obsequiaba con una reposada sombra, o con un relente húmedo y salado.

Un día de diciembre, cercana ya la noche, Balti y yo nos atrevimos a cortar de un rosal de los jardines de don Pedro Luis Alonso, dos rosas de pasión. Tras una larguísima carrera en la que pensábamos que nos perseguían todos los guardas del parque, llegamos, sin parar, hasta el Puente de la Aurora, el que dividía la ciudad en burguesa y proletaria.
Allí, a unos cien metros de nuestras casas, dejamos de correr y nos confiamos el uno al otro la intención de aquel hurto: habíamos conseguido nuestra flor como regalo en el día de la madre, por aquel entonces, la festividad de la Inmaculada Concepción.

           Quiero devolverte ahora, querido parque, amigo desde mi infancia, el préstamo que me hicieras hace ya muchos años, y quiero hacerlo con este poema que, a modo de flor deshojada, lanzo al viento para que sus palabras inunden cada rincón de tu centenario recinto que tantos secretos conoce de cada uno de nosotros.

        PARQUE DE MÁLAGA

Parque de mil especies delicadas
Aclimatadas a un fecundo suelo
Regado por el hombre y por un cielo
Que cuidan de tus flores perfumadas.
Ufano bosquecillo que atemperas,
En los días de cálido verano,

Dulce, la brisa ardiente del solano
Exhalando fragancias placenteras.

Mientras granan en plácida espesura
Álamos, yucas, verdes limoneros,
La tarde te adormece en corto sueño.
A un tiempo, con sus trinos de dulzura,
Gorjean, entre rosas, los jilgueros.
Así eres tú, mi parque malagueño.

Ricardo Redoli Morales


lunes, 17 de noviembre de 2014

UN TUERTO QUE TENÍA POR COSTUMBRE


   

En este, uno de los primeros chisnetos que escribí, he cambiado un par de palabras; pero la historia sigue siendo la misma. Sed tolerantes...

Un tuerto que se había acostumbrado
a poner su ojo falso en un vasito,
se despertó una noche ‘sudandito’
y bebióse agua y ojo, despistado.

Sin darle al hecho aquel más importancia,
ni pensar en hacer economía,
compróse un ojo nuevo al otro día,
pues el ojo, en cuestión, daba prestancia.

Sin embargo, y durante una semana,
se encontró muy doliente y estreñido,
por ello decidió —muy a desgana—

acudir a un galeno conocido.
El médico examina a su paciente
y mira por la puerta del trasero;

al cabo, diagnostica doctamente:
“No quisiera asustarle, caballero,
pero dentro del culo tiene gente”.




viernes, 31 de octubre de 2014

CERVANTES ENTRE "CALLES"


            Hoy es la onomástica de mi amigo y colega, el profesor de la Universidad de Málaga, Quintín Calle Carabias, filólogo y humanista presente en muchos de mis trabajos, tanto en los “serios” como en los lúdicos. La historieta que sigue, le tiene como protagonista, junto con otro querido amigo y compañero —hoy en “júbilo”—, el también profesor, José de la Calle Martín, de quien soy deudor en materia literaria.
         Con este soneto, honro a dos grandes castellanos, en agradecimiento por sus pertinentes consejos.


Ha poco, presencié entre compañeros
—en torno a la respuesta pertinente—
la riña dialéctica siguiente:
¿Son sandios o sandíos los paveros?[1]

Citando al gran Cervantes, en sus fueros,
—no citó a Don Quijote por demente—
el uno sostenía vivamente,
razones en favor de los primeros.

Tratándose de "Calles"[2] yo pensaba
que en "equis"[3] terminara la disputa;
mas, hete aquí, que el uno disentía.

El otro, que, en sus trece, no otorgaba,
zanjó, con sobriedad y voz enjuta:
"Sandío es el marido de sandía".




[1]Pavero: el que tiene el "pavo". Necio, tonto.
[2]Juego con el apellido de los litigantes.
[3]Como símil quinielístico.

martes, 30 de septiembre de 2014

AL QUE LE HICIERON UN TRAJE A MEDIDA


    A mi querido amigo, compañero y valedor, el profesor García Peinado quien, afortunadamente, para la ciencia filológica y traductoria, "aunque se va, no se va".


                          [I]
Un sastre, que empezaba en el oficio,
instalóse en un barrio conocido
haciéndose anunciar —como es debido—
con precio razonable y buen servicio.

Montó una sastrería bien surtida
y se sentó a esperar a un parroquiano.
Al poco, presentóse un primo hermano
queriendo hacerse un traje a la medida.

Si el sastre le midió con cartabón,
con metro de albañil o con regleta,
si el nota lo midió de abajo arriba,

no lo sabremos nunca: el pantalón
colgaba medio metro, y la chaqueta,
con mangas desiguales, le hacía giba.

                          [II]
Cuando se vio en el traje el buen cliente
le dijo, algo cortado, al sastrecillo:
“La manga, por aquí, cuelga un poquillo”.
“No es nada —respondióle su pariente—,

con que dobles el codo está arreglado;
incluso te dará mayor prestancia”.
“¿Y también la joroba da elegancia?”
-preguntó el pobre hombre, algo escamado.

Y dijo el alfayate, terminante:
“Hay que ver, primo Juan, qué tonto eres;
si te inclinas un poco hacia adelante,

te arreglo ese fardel con alfileres”.
“¿Y el hombro que me queda tan caído?”
 “Te lo subo con guata, y concluido”.

                          [III]

De acuerdo —dijo el hombre resignado —;
lo malo es el pernil que sobresale”.
Y respondióle el sastre: “Vale, vale,
encoges la rodilla, y solventado”.

Después del "arreglillo" pertinente,
el tipo parecía una alcayata.
El sastre, le soltó una perorata
y el otro la aceptó calladamente.

Y, así, tras realizar un gran esfuerzo,
el hombre se enfundó en el atavío
y lució por la calle su ropaje.

Y uno dijo, mirando aquel escuerzo:
“Hay que ver lo mal hecho que está el tío
y lo requetebién que le está el traje”.

jueves, 28 de agosto de 2014

EL SACRISTÁN Y LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO







EL SACRISTÁN Y LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO[1]

                       [I]
Ante una carraspera inesperada,
un cura discurrió un sencillo plan,
así que le pidió a su sacristán
que oficiara la misa programada.

Debido a que el evento empezaría
en poco más o menos de una hora,
el cura le rogó que, sin demora,
se aprendiese el sermón que procedía:

el de ‘Lázaro muerto y revivido.’
Fijada ya la prédica oportuna,
le dio la vestidura conveniente,

y viendo al sacristán, ya revestido,
confió en que la suerte y la fortuna
le echaran una mano a su asistente.

                   [II]
Leído el evangelio, el sustituto
se explicó con soltura en la homilía
(el hecho de observar día tras día,
a su cura y mentor daba su fruto).

Mas este, que quería ser testigo
de cuanto el sacristán pudiera hablar,
se puso bajo el púlpito a escuchar
la historia de Jesús y de su amigo.

El falso cura, entonces, sentenció:
“Jesús le dijo a Lázaro: ‘¡Sal fuera!’[2]
Y Lázaro salió, y luego ando”.

El cura, aunque sufriera carraspera:
Anduvo, ¡so jodío!´”, corrigió.
Y el otro, que de verbos no entendía,

obvió la corrección tan ricamente:
Anduvo so jodío todo el día,
pero luego ya andó divinamente”.







[1]           Amparo Ruiz de Luna me recordó este chiste en un fortuito encuentro en Procono. Aunque me había tentado mucho la idea de pasarlo a chisneto, la dificultad que entrañaba el juego de palabras al final del texto, me retrajo un poco. Finalmente, aquí está, dedicado a tan extraordinaria artista de la cerámica, con la esperanza de que sea de su agrado.
[2] Jn 11, 43-44 Frente a la creencia popular del ‘¡Levántate y anda!, lo cierto es que, solo en san Juan encontramos este pasaje en el que leemos ‘Lázaro, sal fuera’.

jueves, 31 de julio de 2014

UN MODERNO MESÓN QUE FUE BURDEL (*)


(Este chisneto, que nace de una historia malagueña cien por cien, está dedicado, junto con un fuerte abrazo, a mis queridos amigos Pepe y Paco Subires.


Existió, desde tiempo inmemorial,
un burdel que obtenía beneficios
del más tradicional de los oficios,
y aunque, no funcionaba nada mal,

su patrón, más truhán que comerciante,
decidió dar un giro a su negocio
convirtiendo un local de sexo y ocio
en un limpio y moderno restaurante.

Pero el nuevo servicio fue precario,
y, al cabo, se reabrió como burdel.
Y, cuando los clientes preguntaban

por la vuelta al negocio originario,
el dueño, defendía a su “plantel”:
“Todas follan mejor que cocinaban”.

------------------------------------------------------

En la edición Antológica, estos dos últimos tercetos aparecen modificados:

    Como el nuevo servicio fracasó,
el burdel, otra vez se reabrió,
lo que hacia a su dueño razonar

a la hora de hablar de la permuta:
"Se sabe, y  con razón, que a cualquier puta
le va mejor joder que cocinar".      





miércoles, 25 de junio de 2014

DEDICATORIA A DON JUAN CARLOS DE BORBÓN




Hace unos años, a raíz de la publicación de mi segundo libro de chisnetos (Chisnetos dedicados), remití a su Majestad, el rey don Juan Carlos, un ejemplar con el que le felicitaba en el día de su onomástica. La recepción y la agradable respuesta por parte de la Casa Real propiciaron que escribiera el chisneto que ahora traigo a esta página, y con el que quiero honrar, nuevamente, en clave de humor, la abnegada labor del Rey Padre. ¡Larga y saludable vida al Rey!


Ni Alejandro, con ser griego y atlante,
ni César, que por noble fue tenido,
ni Carlos el francés, el rey florido,
tuvieron vuestro garbo y buen talante.

Ni Colón, el insigne navegante,
ni Américo Vespucio, el discutido,
tripularon sus barcos —es sabido—
como vos tripuláis vuestro tunante.

(Quise decir bribón, pero la rima
me ha obligado a este escorzo pinturero).
Ni Ángel Nieto, ni Pons (alias El Sito),

pueden haceros sombra; pues, si encima
de una moto subís, sois más altito.
Solo os falta, señor, ser buen torero.



miércoles, 28 de mayo de 2014

EL ALBAÑIL QUE PERDIÓ A SU COMPAÑERO

 
    Termina el mes y me olvidaba del chisneto... Un mes en el que, mi hijo Guillermo y mi querido compañero Miguel Ángel García Peinado han cumplido años...
   Un mes en el que hemos felicitado a las madres, y en el que san Germán de París, san Fernando y santa Juana de Arco cierran las onomásticas... el mes de san Pancracio (¡que cuánto trabajo tiene en estos momentos!)
   Por eso, esta historieta, que dedico a los cumpleañeros mencionados y a mi valedor y querido amigo, Fernando Raya, alude al trabajo. Vale.



                                      [I]
Llegó hacia media tarde un albañil
al hogar familiar, triste y dolido
por un fatal percance acaecido
a un colega llamado Antonio Gil:

"Estábamos montando un andamiaje
—decía a su mujer—, sin protección,
cuando, de pronto, siento un apretón
me va desde el vientre al costillaje.

Le digo a mi compadre y compañero:
'Antonio, voy a ir un momentito
al servicio de abajo. Vuelvo ahora.'

Me voy al montacargas, muy ligero,
llego abajo, me meto en el cuartito,
y tardo en aliviarme media hora…

                          [II]

Termino y, cuando subo al cabrestante,
no me puedo creer, ni por asomo,
que Antonio va cayendo como un plomo
lanzando un alarido espeluznante.

Parece que el cordaje se rompió
y, al ceder el andamio, mi colega
intentó repararlo, y en la friega,
se le fue el equilibrio y se cayó."

La mujer, que le escucha horrorizada,
se muestra por la viuda preocupada:
"¿Qué va a hacer sin dinero y con un niño?"

Y el nota le contesta: "No, cariño,
no creas que se quedan en la calle,
se hace cargo el seguro de accidente:

¡un montón de millones!, quince o veinte".
La mujer, al oír aquel detalle,
le dice con carilla de judía:

"Y tú, mientras, cagando,…vida mía ".

domingo, 27 de abril de 2014

EN LA BIBLIA SE ENCUENTRA LA RESPUESTA


Ramón J. Sender refleja esta historieta en su inolvidable Tesis de Nancy.
Con mi versión rindo honor a su memoria.

EN LA BIBLIA SE ENCUENTRA LA RESPUESTA

                   [I]

Como oyese decir a su mentor
que en La Biblia se hallaba la respuesta,
un novicio, delgado y talla enhiesta,
preguntó: “¿Qué hay que hacer, padre prior?”

“Abres por donde quieras, al azar;
verás que lo que digo es caso cierto”,
—le dijo el superior, el padre Alberto—,
y el joven, de inmediato, fue a probar.

Abrió, y petrificado se quedó,
pues, hízolo de forma casual
y se vio, de repente, ante esta frase:

‘Buscó una rama alta y se colgó’.
Y, en busca de respuesta puntual,
fue a rogarle al prior que se explicase.

[II]

Este le contestó: “He de admitir
que no siempre resulta a la primera;
—y concluyó el prior de esta manera—:
yo de ti, volvería a repetir”.

Y, así, tras una efímera zalema,
el fraile fue a cumplir con el consejo,
pensando que el abad, por hombre viejo,
sabía más que nadie de aquel tema.

Cogió otra vez La Biblia y la entreabrió
esperando encontrar lo que buscaba;
mas, hízolo con cierto escepticismo.

De pronto, su semblante se mudó
cuando leyó que el libro aconsejaba:
‘¿Viste lo que hizo aquel? Haz tú lo mismo’.


domingo, 13 de abril de 2014


DOMINGO DE RAMOS

Jerusalén exulta de alegría:
‘¡Hosanna al enviado del Señor!’
Y, entre ramas de olivo, su clamor
se eleva hasta los cielos ese día.

Jerusalén ignora tu agonía,
que el reino que proclamas es de amor,
que no eres el mesias vengador
que a las huestes romanas desafía...

Y, mientras caballero en un pollino
contemplas a la turba enardecida,
la angustia llena tu alma desolada.

Eres el cristo humano, no el divino:
y una lágrima, al pronto aparecida,
compasiva te nubla la mirada.


martes, 18 de marzo de 2014

UN BURRO Y UN LEÓN EN UNA TRAMPA



    A mi hermana Lucía, a sabiendas de que la historieta le dará pena,
por el cariño que le tiene a los animales.

                      [I]
Se encontraban un burro y un león
en una fosa-trampa una mañana
en la que el sol lucía en la sabana,
y el viento calentaba la región.

La cara del pollino era un lamento:
hallándose en el foso con la fiera,
sabía que el león, cuando quisiera,
tenía asegurado el alimento.

Como, intuyera el «rey» su mucho susto
le dijo al pobre bruto en plan altivo:
«Ya sé que me respetas y te asusto;

pero vaya este aviso por delante:
mi dieta habitual es sólo chivo,
así que cambia el gesto y el talante».

                      [II]
Parece que el borrico se quedó
un poco más tranquilo y más seguro;
al menos superó el primer apuro,
pero, al día siguiente, recayó.

Y de nuevo, el león condescendiente
consoló al pobre burro en su desgracia:
«No temas, ya te he dicho –y no es falacia–
que solo a un tierno chivo le hinco el diente».

Pasaron ocho días en el foso
el león y el borrico en compañía.
Al noveno, el león, algo nervioso,

mirando al pobre burro, se confía:
«Desde luego que todo es relativo;
cada vez te pareces más a un chivo».



sábado, 8 de febrero de 2014

LA ELECCIÓN DE UN RATERO CONDENADO


   Con relación a la comparecencia de doña Cristina de Borbón, un dirigente político-sindical, Cayo Lara, ha manifestado que espera que sea tratada "como todo hijo de vecino o de vecina" (¡!).
  Con el breve comentario que sigue y que introduce el chisneto de hoy, no discuto el fondo de la cuestión, sino la reiterada inquina que, para con el género masculino, viene manifestando un buen número de personajes públicos que, al parecer, encuentra, en la utilización del genérico o del epiceno, un lamentable gesto discriminatorio y un recurso machista injustificado contra el que hay que luchar aludiendo al femenino correspondiente.
  El idioma (nuestro idioma) que nos identifica frente a otras comunidades de hablantes, no se ha formado en un día, ni en dos, ni en siete. El castellano (el español universal), en su evolución y consolidación como lengua autónoma y como lengua vehicular, ha requerido, no solo de tiempo, sino de consenso y uso continuado por parte de sus hablantes. ¿Por qué, pues, decimos "Puta la madre, puta la hija, puta la manta que las cobija", y no "Puto el padre, puto el hijo, puto el manto que les da cobijo"...? Pues porque sí, porque desde el origen se dijo así, y se aceptó como refrán. Por la misma y evidente razón decimos "como todo hijo de vecino"...  y no "de vecina", y mucho menos "de vecino y de vecina".
   Los políticos deberían de innovar en lo suyo: la cosa política (repartir el trabajo, por ejemplo), y no darse a dogmatizar con correcciones modales a ultranza. Dicho esto, ahí va la historia del día, que, como se verá, alguna relación tiene con lo que estamos viviendo. Vale.


El chisneto que ofrezco a mis lectores
es el caso de un caco que aguardaba
la sentencia de un juez, que relataba
con toda precisión sus pormenores:

“Leída la demanda en mi presencia,
oída la defensa y el fiscal,
revisada la prueba pericial,
cúmpleme dar lectura a la sentencia:

Permitiré escoger al acusado
entre cien mil pesetas al contado
o seis meses y un día de prisión”.

Y vino en responder aquel ladrón:
“Entre ir a la cárcel o cobrar,
las cien mil y, pelillos a la mar”.