miércoles, 28 de mayo de 2014

EL ALBAÑIL QUE PERDIÓ A SU COMPAÑERO

 
    Termina el mes y me olvidaba del chisneto... Un mes en el que, mi hijo Guillermo y mi querido compañero Miguel Ángel García Peinado han cumplido años...
   Un mes en el que hemos felicitado a las madres, y en el que san Germán de París, san Fernando y santa Juana de Arco cierran las onomásticas... el mes de san Pancracio (¡que cuánto trabajo tiene en estos momentos!)
   Por eso, esta historieta, que dedico a los cumpleañeros mencionados y a mi valedor y querido amigo, Fernando Raya, alude al trabajo. Vale.



                                      [I]
Llegó hacia media tarde un albañil
al hogar familiar, triste y dolido
por un fatal percance acaecido
a un colega llamado Antonio Gil:

"Estábamos montando un andamiaje
—decía a su mujer—, sin protección,
cuando, de pronto, siento un apretón
me va desde el vientre al costillaje.

Le digo a mi compadre y compañero:
'Antonio, voy a ir un momentito
al servicio de abajo. Vuelvo ahora.'

Me voy al montacargas, muy ligero,
llego abajo, me meto en el cuartito,
y tardo en aliviarme media hora…

                          [II]

Termino y, cuando subo al cabrestante,
no me puedo creer, ni por asomo,
que Antonio va cayendo como un plomo
lanzando un alarido espeluznante.

Parece que el cordaje se rompió
y, al ceder el andamio, mi colega
intentó repararlo, y en la friega,
se le fue el equilibrio y se cayó."

La mujer, que le escucha horrorizada,
se muestra por la viuda preocupada:
"¿Qué va a hacer sin dinero y con un niño?"

Y el nota le contesta: "No, cariño,
no creas que se quedan en la calle,
se hace cargo el seguro de accidente:

¡un montón de millones!, quince o veinte".
La mujer, al oír aquel detalle,
le dice con carilla de judía:

"Y tú, mientras, cagando,…vida mía ".