jueves, 22 de enero de 2015

UN CURA MUY MODERNO CONFESABA


   
     Tras un fin de año pesaroso, a la entrada de uno nuevo que promete, vuelvo con ánimo renovado a publicar un viejo chisneto muy al día, que dedico a mi sobrino 
Pablo, quien hoy cumple veintinueve añitos. Él, como experto informático, sabrá juzgar "profesionalmente" esta historieta. !Felicidades, Pablito¡

                                                              Y
                                                             
                                       !Feliz año a todos¡


Queriendo hacer moderna  a su parroquia,
un cura recurrió al ordenador
y en su confesionario, el confesor
puso un pentium 3000 (de marca Nokia).

Con un programa ad hoc  introducía
la faltilla o pecado confesado.
Pulsaba un par de teclas..., y arreglado:
la justa penitencia aparecía.

Ganó con ello mucha clientela,
pues, siendo aquel un método eficiente,
aséptico, imparcial e irrefutable

(amén de que se ahorraba en tiempo tela),
incluso el pecador más reticente
encontraba el sistema muy fiable.

Un buen día acudió una penitente;
una joven, un tanto compungida
por una leve falta cometida
a medias con su novio o pretendiente.

“Mi novio -dijo aquella muchachita-
me llevó a un descampado con su coche
y a oscuras, y al amparo de la noche,
consiguió introducirme la puntita.

¡Tan solo la puntita; no hubo cama!”
El cura tecleo en el aparato:
Tan solo la puntita..., y el programa

no pudo procesar tan simple dato.
De nuevo el sacerdote lo intentó,
y otra vez el PC se le negó.

En vista de que aquello no salía,
y, tras soltar un “¡vaya!” en voz muy alta,
el cura, discurrió: “Anda, hija mía,

ve a buscar a tu novio con urgencia
y dile que te meta lo que falta
a ver si sale así la penitencia”.