miércoles, 21 de junio de 2017

LA CRIADA QUE ENCONTRÓ UN CONDÓN


     Hoy cumpliría años Tía María Luisa. Ella solía contar este chiste, con el reparo propio de la época, pero con una inigualable dosis de ingenio a la que acompañaba el gesto resoluto de un remate que incluía una tonadilla al uso.
     Tía María Luisa nos dejó hace seis años, sin embargo, aparece entre con nosotros, mecida en ese recuerdo que despiertan quienes por sus buenas acciones y sus buenos sentimientos se han hecho inquilinos perennes de nuestros pensamientos.


Una moza de pueblo, que llegada
en busca de trabajo a la ciudad,
lo encontró —no sin gran dificultad—
en una buena casa, de criada.

Un día, dedicada a su labor
de limpiar —como era habitual—,
se extrañó porque vio en un orinal,
un condón, olvidado por error.

Y acudió a su señora a darle cuenta.
La tal le preguntó, una cosa así:
«¿Es que, acaso, en tu pueblo no se folla?».

Y respondió, sincera, la sirvienta:
«Como aquí, si señora, pero allí,
no se le quita el pellejo a la polla».


No hay comentarios:

Publicar un comentario