domingo, 6 de mayo de 2018

EL AMOR INTEMPORAL DE UNA MADRE




      En el día de la Madre, me ha parecido apropiado traer este soneto,  y hacerlo extensivo, junto con mi dedicatoria, a todas las madres que conozco, a las que he conocido, y las que, sin conocerme o conocerlas, pudieran leer estos versos. 

     Alguien me ha dicho, en tono burlón, que para comprenderlo in extenso, hay que tener el nivel C1 en Lengua Castellana: ¡exagerado!
  
     No obstante, creo que, con una breve aclaración, todo hispanohablante debería entender el concepto de intemporalidad al que aludo en el título. Veamos: anacrónico es que no se corresponde con el tiempo en su desarrollo; diacrónico, con anterioridad al tiempo presente, y sincrónico alude al momento actual (tampoco es tan difícil, M.C.).


EL AMOR INTEMPORAL DE UNA MADRE
El amor de una madre es anacrónico:
va más allá del tiempo y del momento,
es grande como el propio firmamento,
y, no solo es real, sino platónico.

El amor de una madre es diacrónico:
aflora desde el tibio alojamiento
que acoge nuestro lapso soñoliento.
El amor de una madre es tan sincrónico

que cursa en paralelo a nuestra vida,
y es sombra que perfila nuestro sino.
Metáfora de amor, madre sufrida,

amor dulce, celeste, generoso,
fuente que se nos brinda en el camino
y calma nuestra sed: ¡Amor hermoso!


4 comentarios: