sábado, 20 de octubre de 2018

UN VIEJO MARXISTA EN EL INFIERNO




(Si echas algo en falta, añádelo; si sobra, quítalo. Va por ti, Ángel)
.
Ángel Velázquez, oponente de Apalabrados, contra el que juego desde hace un par de años, me envía el chiste original, remozado por él, y en el que su protagonista principal es un conocido personaje político.
Le digo que no suelo publicar chisnetos con ese sesgo, aunque caigo en la cuenta de que, al menos dos de ellos (De un perro que volvió de Rusia, y Un devoto franquista se moría) sí pudieran tenerlo. Actúo en puridad, me pongo a la tarea, y sale esto.


Un hombre luchador, viejo marxista,
falleció y derechito fue al Infierno,
donde fue condenado al fuego eterno,
por su larga carrera de activista.

Pasada una semana, al condenado
le dieron por misión una caldera,
con esta obligación: que la tuviera
funcionando con fuego moderado.

Tras una quincenita de agobiante
trabajo, con calores infernales,
el condenado y viejo militante

propició una gran  huelga de fogones,
exigiendo seis horas semanales,
aire acondicionado... ¡y vacaciones!

                        [II]

Lo cierto es que la huelga cabreó
a propio Satanás, quien, decidido,
llamó al Cielo a contar lo sucedido.
contactó con San Pedro y le pidió:

«¿San Pedro?, con el Jefe, por favor».
El apóstol lo hizo, y el Diablo
dijo: «Señor, discúlpame si hablo
con tono denunciante y delator;

pero entiende que todo esto me indigna.
Has mandado al Infierno a un activista
que esgrime como arma la consigna

de acabar con la norma establecida.
y ante su pretensión oportunista,
exijo solución a esta movida».

                        [III]

Una vez que hubo oído a Satanás,
Dios, le dio la razón y así le dijo:
«A ver qué puedo hacer con ese hijo...
(no le dijo de quién). Lo mandarás

aquí arriba, veré cómo tratarle.
El Diablo se fue, y le obedeció:
al llegar a Infierno, le envió
a quien amenazaba desbancarle.

Y todo se arregló. Pasado un tiempo,
Satanás llamó al Cielo, al vicediós,
a ver cómo acabó aquel contratiempo.

«Oye, San Pedro, pásame con Dios».
«Soy camarada Pedro. ¿Me entendiste?
Y no me hables de Dios. ¡Que Dios no existe!».



2 comentarios:

  1. Jajaja. Nos vamos a tener que ir al infierno y no, con el camarada Pedro

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  2. Extraordinaria adaptación, Ricardo,nada que añadir ni quitar porque la versión en chisneto mejora el original. Con la virtud añadida de dar que pensar sobre si las motivaciones del activista son loables u oportunistas, o urdió un plan genial para salir del Infierno, aunque al llegar al cielo vuelve a liarla. ¡Un culo de mal asiento, en cualquier caso, aunque coherente con sus ideas, en este mundo que hay tantas mudanzas interesadas!

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