Hoy es la
onomástica de mi amigo y colega, el profesor de la Universidad de Málaga, Quintín
Calle Carabias, filólogo y humanista presente en muchos de mis trabajos, tanto en
los “serios” como en los lúdicos. La historieta que sigue, le tiene como
protagonista, junto con otro querido amigo y compañero —hoy en “júbilo”—, el
también profesor, José de la Calle Martín, de quien soy deudor en materia
literaria.
Con
este soneto, honro a dos grandes castellanos, en agradecimiento por sus pertinentes
consejos.
Ha poco, presencié entre compañeros
—en torno a
la respuesta pertinente—
la riña
dialéctica siguiente:
¿Son sandios
o sandíos los paveros?[1]
Citando al
gran Cervantes, en sus fueros,
—no citó a
Don Quijote por demente—
el uno
sostenía vivamente,
razones en
favor de los primeros.
Tratándose
de "Calles"[2]
yo pensaba
que en
"equis"[3]
terminara la disputa;
mas, hete
aquí, que el uno disentía.
El otro,
que, en sus trece, no otorgaba,
zanjó, con
sobriedad y voz enjuta:
"Sandío
es el marido de sandía".