A GOLPES DE RAP Y ENGAÑO
Después de un año en blanco, vuelvo a retomar la pluma para, en este caso, dar testimonio de una degradación que, cada vez más, afecta a nuestro sufrido país. Dejo la línea humorística para otro momento más apropiado. Casi lo prometo.
Abusar de un país que está maltrecho
por tanta demagogia, y peste china,
es cobarde, falaz y de mezquina
condición inhumana. No hay derecho
a que una turba, sórdida moralla,
rastrera, oportunista, e incontrolable,
usurpe la palabra, ni a que hable
de dictadura, y de opresión canalla.
Ayer fue la defensa de un villano
que desertó, cual Capitán Araña.
Hoy enaltece a ultranza a ese rapero
que canta con los vientos de su ano,
y apesta las “narices” de una España
que aspira a ser jardín, no estercolero.