Mi
querido amigo y compañero, el catedrático de la Universidad de Sevilla, don Juan
Torres López, reconocido economista de este país y de sus múltiples
nacionalidades, me remite la foto, que aparece más abajo, con el texto “Chisneto”. Le pregunto “¿Más datos?”.
Su respuesta es “No”.
Con
esas herramientas, entro en una simpática página, LA VOZ DEL BECARIO, y encuentro la
información oportuna para pasar al verso esta chusca historia que refleja la
indefensión que sufrimos los andaluces ante un injusto Impuesto de Sucesiones,
que nuestros protectores socialistas y “socialistos” (encabezados por Susana Díaz),
quieren imponernos a la fuerza: doblado, y sin calzador.
La semana pasada, en Mazagón,
en la
costa de Huelva, junto al puerto,
un
sevillano, que se “hacía el muerto”,
fue objeto
de una insólita sanción.
De inmediato, La Junta (la
andaluza),
le apremió
a que él, o algún pariente,
asumiera
el Impuesto pertinente
por
sucesión, o herencia. ¡Qué gentuza!
El hombre rellenó, de mala gana,
un
formulario con cien alegaciones,
demostrando
estar vivo y coleando.
Y obtuvo la respuesta de Susana
que, aunque
estuviera en plenas vacaciones,
decía que
se hallaba trabajando:
«Con esto no se
juega —“razonaba”—.
Esto
es un caso serio. Le ha faltado
fingir
que estaba usted un poco muerto.
Nuestros técnicos
vieron que flotaba,
y
actuaron según lo regulado.
Por
mi parte, este caso sigue abierto.
Y si quiere una
pronta solución:
¡muérase
cuanto antes, so llorón».