lunes, 11 de febrero de 2013



LOS NIÑOS DE UNA ESCUELA MARBELLÍ

                 [I]
Entre las novedades más recientes
que la Junta Rectora ha establecido
en Marbella, ese pueblo tan sufrido
que se baña en un mar de aguas argentes,

está la fundación de instituciones
regidas por el gran precepto humano:
Fomentar la igualdad del ciudadano
a todos los niveles y extracciones.

Esto dicho, podremos comprender
la historia que os relato en este día
y que, ha poco, me diera a conocer

mi cuñado guasón, Félix García,
que se la oyó al sobrino de un amigo
que, a su vez, la escuchó de un fiel testigo.

                [II]

Contaba que, en la escuela comunal,
aquella a la que van pobres y ricos,
foráneos y nativos, chicas, chicos,
a aprender con provecho y por igual,

en clase de lenguaje, el profesor
explicó un ejercicio consistente
en usar la expresión probablemente
según este modelo inspirador:

“No encuentro mi bolígrafo chapado,
probablemente lo dejé en el traje”.
Le llegó, pues, el turno al pupilaje:

“Te toca, Borja Luis”. Y el mencionado:
“Mi padre va en un porsche de viaje,
probablemente el rolls esté averiado”.

                 [III]

Muy bien —dijo el maestro—, todavía
oiremos más ejemplos. Tú, Anaís”.
“Mi madre, con Iberia fue a París,
probablemente el jet lo prestaría”.

El ejemplo siguiente, el de Cipriano,
un alumno oriundo de Marbella,
provocó, de seguida, una querella:
“Mi abuelo lleva el Times en una mano,

probablemente quiere ir a cagar”.
Y se enfadó el maestro, don Andrés:
“¿Qué disparate dices, so cateto?”

“¿A qué, si no, lo habría de llevar
si mi abuelo no entiende na de inglés
y el pobre es, además, analfabeto?”





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