miércoles, 6 de febrero de 2013

 Mi querido amigo, compañero, y padrino académico, me remite un correo que solo nos interesa a él y a mí.
Tan noble y delicado mensaje me ha obligado a recuperar la historieta que sigue. Él la entenderá; en cuanto a vosotros, lectoras y lectores, espero que paséis un buen rato de reflexión galena.


DE VISITA AL TRAUMATÓLOGO

Uno que se las da de sabidillo
acude a un traumatólogo eminente,
y, se autodiagnostica firmemente:
“Doctor, tengo un desgarro en el tobillo”.

El médico le explora con cuidado
y, luego de sacar sus conclusiones,
le dice que se baje los calzones.
“Doctor, si es el tobillo el afectado”.

El hombre, que desoye aquel aviso,
le introduce una tranca por el ano;
el otro se revuelve como un lince.

Al cabo, el diagnóstico es preciso:
“Esto sí es un desgarro meridiano;
lo del tobillo, solo es un esguince”.


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