A la memoria de Marisa Naveiro
Santander,
de quien procede el chiste original.
LA MUJER QUE TUVO UN BELLO SUEÑO
Nada más
despertarse, una mañana,
la
esposa le contaba a su marido
el
sueño que esa noche había tenido,
y
del que despertó de mala gana:
“Estaba
en unos grandes almacenes;
echaba
simplemente una ojeada,
cuando
entré en una tienda dedicada
a
la venta de tíos como trenes.
Chicos
guapos —más rubios que morenos—,
de
atrayente mirar que prometía...”.
El
marido pregunta: “Dime; al menos,
machotes
como yo también habría”.
Y
dice la mujer: “Casualidades;
quedaba
uno en "Oportunidades" ”.
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