sábado, 9 de julio de 2016

A LA MEMORIA DE MI MADRE



 

Se cumplen hoy veinticinco años de la muerte de mi madre, y este poeta (no solo del humor) quiere honrar su memoria con unos versos que escribí unos años después de su partida, a raíz de la pérdida de nuestro padre, Enrique Redoli Bueno.

Mis hermanas, nuestros hijos y nietos han rezado por esta esforzada mujer que, con una fe inquebrantable, salió y nos sacó adelante, anteponiendo el bienestar de los demás al suyo propio. Fundadora de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío en Málaga, sigue pidiendo en el Cielo por todos nosotros. Dios bendiga el recuerdo de Manolita Morales Parreño.




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No pienses, madre, que te eché en olvido
porque no derramara por tu ausencia
las lágrimas de duelo y condolencia
que por el padre ausente yo he vertido.

Ni olvido tu calvario, padecido
con tal resignación y tal paciencia,
que era fácil rendirse a la evidencia
y admitir que El Señor te había elegido.

Que, al ver cuánto sufrías, madre buena,
a Él le supliqué que te llevara
y, así, pusiera fin a tu condena,

yo, a cambio, ni siquiera lloraría,
por lágrimas y llantos que guardara
en el mar de mis ojos, madre mía.


Mi hija mayor, Isabel, me ha enviado el texto que transcribo a continuación, y del que ha hecho partícipe a sus hermanos y amigos. Me ha parecido oportuno incluirlo en esta página porque entiendo que refleja el sentir de cuantos queremos y añoramos a Manolita Morales, madre y yaya.

                               Sin saber porqué, he entrado esta mañana en la página de la Hermandad del Rocío de Málaga. Algo inexplicable ha hecho que entrara y me pusiera a indagar… Y resulta que, indagando, he encontrado esta foto de la abuela y me he emocionado muchísimo… Le he dedicado unas palabras en mi perfil de facebook:

“¡Mi querida abuela…! ¡Cómo te echo de menos, abuelita! Cada día pienso en ti, en tu sonrisa permanente a pesar de las circunstancias, en tu abrazo cálido cuando me subías en tu regazo y nos balanceábamos en tu butaca, en cómo te pintabas los labios de carmín, sin ni siquiera tener un espejo cerca… Te marchaste antes de tiempo y no supe afrontar tu pérdida prematura…, pero sé que nunca te fuiste del todo…

       A veces te siento cerca; reconozco tu perfume. Sé que me proteges como el Ángel de la guarda para que nada malo me ocurra… Desde el Cielo, con un clavel en tu cabello ensortijado, tu collar de perlas y tus labios de rojo carmín, nos observas y nos cuidas a ritmo de fandangos, unos de Valverde del Camino, la tierra que te vio nacer, con ese salero y esa gracia que te caracterizaban… Donde quiera que estés rezo por ti, y cada vez que bailo, levanto mis ojos al cielo y te dedico todo aquello que bailo con todo mi cariño, abuela… ¡Te quiero, Yaya…!”


Luego, la tía Luchi me ha recordado que hoy hace 25 años que la abuela se fue… Sabía que hoy, 9 de julio era un día importante, pero no recordaba exactamente qué día era, y porqué me sonaba como algo significativo. Ahora lo comprendo.




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