domingo, 16 de diciembre de 2012


     Este de hoy forma parte de mi primer libro de chisnetos. He eliminado los nombres de los personajes, Juan y Evaristo, que, al fin y al cabo, sólo aparecían en el texto por razones de medida y de rima. He precipitado el desenlace de la historia que, en su versión original en prosa, era contada por mi amigo y exvecino Jesús Rodríguez, de Maderas Anselmo Rodríguez. 
    Entiendo que estas referencias son prácticas, ya que os pueden servir como "bono de presentación y descuento", si es que os da por actualizar vuestra cocina, montar un entarimado -flotante o no-, o pedís que os instalen unas estanterías u otros muebles al uso. Va por Jesús y por todos vosotros.


DE UN TUERTO QUE INTENTÓ
ROBAR LIMONES

A un campo de limones en sazón
llegaron dos amigos de lo ajeno,
con la esperanza de llevarse lleno
un saco del tamaño de un camión.

La noche propiciaba la incursión.
El temple de los cacos era bueno.
El uno, con arrojo y desenfreno,
se sube a un limonero “del tirón”.

El otro hace lo propio aun siendo tuerto,
y en menos de un pispás ya está subido;
mas, de pronto, se queja: “¡Yo deserto!”

“¿Tan pronto, compañero, das de mano?”,
le pregunta el primero. Y el torcido:
“Se quedó en una rama mi ojo sano”.


                            
                                   by Carmen García Rueda


             

1 comentario:

  1. ESO SERÍA EN OTROS TIEMPOS,HOY, YA PUESTOS, INTENTARIAN LLEVARSE ALGO "MÁS INTERESANTE"
    ¡FELIZ NAVIDAD|

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