Este de hoy forma parte de mi primer libro de chisnetos. He eliminado los nombres de los personajes, Juan y Evaristo, que, al fin y al cabo, sólo aparecían en el texto por razones de medida y de rima. He precipitado el desenlace de la historia que, en su versión original en prosa, era contada por mi amigo y exvecino Jesús Rodríguez, de Maderas Anselmo Rodríguez.
Entiendo que estas referencias son prácticas, ya que os pueden servir como "bono de presentación y descuento", si es que os da por actualizar vuestra cocina, montar un entarimado -flotante o no-, o pedís que os instalen unas estanterías u otros muebles al uso. Va por Jesús y por todos vosotros.
DE UN TUERTO QUE INTENTÓ
ROBAR LIMONES
A un campo de limones en sazón
llegaron
dos amigos de lo ajeno,
con la
esperanza de llevarse lleno
un saco
del tamaño de un camión.
La noche
propiciaba la incursión.
El temple
de los cacos era bueno.
El uno,
con arrojo y desenfreno,
se sube a
un limonero “del tirón”.
El otro
hace lo propio aun siendo tuerto,
y en
menos de un pispás ya está subido;
mas, de
pronto, se queja: “¡Yo deserto!”
“¿Tan
pronto, compañero, das de mano?”,
le
pregunta el primero. Y el torcido:
“Se quedó en una rama mi ojo sano”.
by Carmen García Rueda
ESO SERÍA EN OTROS TIEMPOS,HOY, YA PUESTOS, INTENTARIAN LLEVARSE ALGO "MÁS INTERESANTE"
ResponderEliminar¡FELIZ NAVIDAD|