Termino esta semana de consejos... (gracias, chicas, por vuestros ánimos).
EL CURILLA NOVATO Y EL SERMÓN
[I]
Un
curilla novato y animoso
preparaba
un sermón —era el primero—
y
acudió a un viejo cura, compañero
con
fama de erudito y minucioso.
Trataba
del suceso tan doloso
en
que Jesús fue hecho prisionero
en
el Huerto de Olivos, y el postrero
suplicio
que sufrió. Ceremonioso,
le
dijo el consultado: “Un aguardiente;
tómate
una copita, solo un trago,
y
todo te saldrá corridamente.
No
lo dudes y sigue mi consejo.
Es
algo que, también yo a veces hago”.
Y
el nuevo se fió del cura viejo.
[II]
Dicha
y hecha la misa, el novatillo
fue
a pedir la opinión a su mentor,
que
le miró con cara de censor
y
pasó a corregirle el sermoncillo:
“En
vez de Jesucristo y sus apóstoles
dijiste
J. C. con sus chavales;
y
metiste otras patas garrafales,
pues
dijiste que el huerto estaba en Móstoles,
y
no en Getsemaní, que está en Judea,
y
diste otra razón, que aún es más fea:
que
san Pedro, el apóstol, con su espada
cortó
sus “atributos” al romano
que
se encontraba a mando de la tropa…
Y,
en verdad, fue una oreja la cortada.
Y,
luego, me entendiste a tu manera:
te
dije ‛tómate solo una copa’,
y
te has bebido la botella entera”.
El arte no lo puedes esconder, te sale solo.Sigue deleitándonos con tus chisnetos que está haciendo falta un poco de humor en estos días.
ResponderEliminarCuidate que tenemos ganas de verte.
Mª Eugenia