martes, 14 de mayo de 2013


El chiste original es de la Esmeralda de Sevilla.
¡Va por ella!

EL MARIQUITA QUE QUISO REJUVENECER

Cumplidos los setenta, un mariquita,
a fin de poner coto a la vejez,
recurrió a un curandero de Jerez
en busca de razón para su cuita.

A base de hierbajos y de absenta,
el “mago” hizo un brebaje milagroso.
El quídam lo bebió voluntarioso
y se quedó rondando los cuarenta.

“Pues yo me veo mayor —dijo, indolente—,
me tomaré otro poco de jarabe”.
No bien se lo tomó, se quedó en veinte.

“Con veinte hice la mili, y ya se sabe:
la mili no nos va a los "delicados".
Me tomaré dos tragos bien cargados”.

Y se encontró en los diez, el muy ladrón.
Por ver si rebajaba otro poquito
y, así se liberaba de la escuela,

vació lo que quedaba en el porrón,
de modo que se puso en un añito.
Volver a ser bebé tuvo secuela:

Le entró el sarampïón y la viruela,
¡Y se murió, de pronto, el maricón!

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