EL VENTERO, SU HIJA Y EL DIPLOMA
Un hombre
que cenaba en una venta,
preguntaba
el porqué del tratamiento
que el
titular de aquel hospedamiento
le daba a
una solícita sirvienta.
“Diploma, pon la mesa; lleva vino.
Diploma, falta
pan en ese cesto.
Diploma, ven
aquí, recoge esto”.
El
ventero le dijo en plan ladino:
“La mamá
de esta niña, caballero,
—que es
nuestra cocinera, e hija mía—
se nos marchó a Madrid un año entero
a sacarse
un diploma de trabajo.
Al cabo de
ese tiempo, volvió un día,
y... mire "usté" el diploma que nos trajo”.
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