sábado, 10 de agosto de 2013

             
              Me he valido de un atípico estrambote para evitar que se alargara la historia.
              ¡Feliz San Lorenzo!


AL QUE  PICÓ UNA SERPIENTE VENENOSA

Dos amigos, buscando la aventura,
viajaron hasta el África Central;
se hicieron del preciso material,
y fueron de safari a la espesura.

Uno de ellos sufrió la picadura
—en su parte más noble y personal—
de una terrible víbora coral,
por lo que, con razón, sufre y se apura.

“No temas —le consuela el compañero—;
hallaré la respuesta en un momento
en el libro que traigo en el macuto”.

El amigo se estudia el libro entero
en busca de eficaz medicamento.
Al cabo, ve un aviso resoluto:
Succionar bien la parte lesionada.

“¿Qué dice?”—le pregunta el "redoliente".
Y el otro profetiza: “Nada, nada,
que te vas a morir seguramente”.

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