VIEJA HISTORIA DE LA TAPA
(Que dedico a Antonio
Linares, de Onda 8, por “sonsacarme” estos versos; a Alfonso Valencia por su
“tocayía” con el Monarca Sabio, y a Fernando Raya por su idea de implantar la
tapa en Málaga, incluyéndola en el precio de la bebida. ¡Gloriosos tiempos!)
[I]
Nunca imaginara el Sabio
Rey, Alfonso de Castilla,
que la solución que diera
a una atávica rencilla,
propiciada
por venteros 5
y gentes de hospedería,
y elevada a su persona
por la fama que tenía
de hombre cabal y juicioso
ante las causas ambiguas, 10
sobreviviera en el tiempo
y llegara a nuestros días.
[II]
El caso es que, el parroquiano,
que en
la Edad Media vivía,
no era
boyante en haberes, 15
y,
cuando el camino hacía
y paraba
en una venta
con la su
tripa vacía,
al no
tener gran peculio,
solo de
beber pedía… 20
y ningún
otro condumio,
a su
paso, consumía,
por lo
cual, las tales ventas
más que vivir, malvivían.
[III]
Hay que añadir a esta historia 25
que, si
mucho se bebía
y estaba el yantar ausente,
el
bebedor se sentía
tan
osado y tan valiente
que se
daba a la porfía, 30
a la
riña y a la gresca,
por lo
que se producían
daños en
las pertenencias,
del
ventero, quien tenía
que
sufrir las consecuencias 35
de
tamañas fechorías.
[IV]
Solución a aquel problema
al monarca
se pedía,
y el
justo rey castellano,
Alfonso
diez de Castilla, 40
al
constatar que el libar,
a “palo
seco” se hacía,
y que,
así, beber sentaba
peor que
una lavativa,
ordenó
que al parroquiano 45
que
bebiera, se daría
“cosa”
de más consistencia:
tocino, jamón,
morcilla,
bacalao
seco, mojama,
o un
buen trozo de cecina, 50
que "habría de colocarse
sobre la
jarra o vasija
a modo
de tapadera";
y, de
esta manera dicha,
se presentara
en la mesa 55
a fin de
ser consumida.
[V]
La costumbre se implantó,
y a quien
de beber pedía,
en la
boca de la jarra
la “tapa”
se le ponía. 60
Matábanse, así, dos pájaros:
el
cliente restringía
los
efectos de la “trompa”
[en
culto, dipsomanía]
y el
ventero, por su parte, 65
mayor
beneficio había.
[VI]
Alfonso fue el promotor
de nuestra
tapa tan típica.
Desde
entonces, y hasta ahora,
se han
añadido a la lista 70
mil y
una suerte de tapas
a las
que ya han sido dichas.
Y, bien
se tome en un bar,
en una
venta, en cantina,
en mesón, en “restaurant”, 75
en
cualquier cafetería,
o en chiringuito
de playa…
tapear
es garantía
de que
uno se encuentra a gusto
y en
amable compañía. 80
[VII]
Obedezcamos al Sabio,
Rey
Alfonso de Castilla:
Si
bebemos, tapeemos.
¡Cumplamos
con su medida!
Y que
siempre que lo hagamos
sea en paz
y en armonía. 85
Buen invento el de la tapa que tan bien has comentaaado con tu gran sabiduria.
ResponderEliminarUn abrazo
Mª E.
Por aquello del azar y el caos, hoy tengo ante mis ojos esta publicación tuya y me da por imaginar que ese Alfonso soy yo... ¿quién si no ? . Gracias por la dedicatoria. Y..., ¿ por do andas, viejo zorro el desierto? Espero que sigas bien, por lo menos hace menos de un mes pululabas por el blog... Un fuerte abrazo y a ver si el azar hace que algún día nos tomemos algo antes de que abandonemos para siempre la llamada ciudad del Paraiso y... de Paco Piquetas...
ResponderEliminarMe ha encantado, Majestad, poder leeros de nuevo, y, pues me ponéis a huevo, lo de dejar la ciudad, debo decir, en verdad, que no lo he considerado, porque aún no me he cansado, de vivir y de soñar. Y ya dije alguna vez, que uno muere cuando puede, y no como muere el pez, que al ser pescado, se muere. Y recurriendo al refrán: "Ni por joven te asegures, ni por viejo te apresures", quiero ceñirme a ese plan: palmarla cuando Dios quiera, que por mi no haya de ser... Y si me dan a escoger, que sea en la primavera del dos mil cuarenta y tres. Un fuerte abrazo, mi amigo, mi colega y mi testigo de otros tiempos, ya pasados, ni mejores, ni peores (cuando menos, empatados).
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